5 nov 2008

Ronda Marsé



El "cascarrabias" resurje:

"podrían suprimir el Ministerio de Cultura, porque la televisión es el auténtico Ministerio".

pero sigue fabulando y destilando literatura:"los libros como el Ulises, que son grandiosos, no creo que sean buenas novelas".

A Marsé no le ha importado rememorar, de nuevo, la historia que le había contado su madre adoptiva cuando era pequeño en el sentido de que fue adoptado por ella y su marido cuando subieron a un taxi, después de perder a un hijo y de saber que nunca más podrían tener otros, y coincidir con su padre biológico, un taxista que acababa de perder a su mujer en un parto, del que nació él.

"Mi historia -ha proseguido- explicada por mi madre era tan mágica que me quedé con ella, y aunque ahora parece que no fue así, a mí me da lo mismo". De todas maneras, no ha descartado tratar sobre el tema en otra novela y, de hecho, ha adelantado: "algo de ello habrá en la novela que estoy escribiendo, aunque muy enmascarado".

Destila lento, pero con mucho sabor.


Esperemos y "demientras" veamos adaptaciones al cine. Aunque sigue con el cabreo: A su juicio, todas las adaptaciones, desde El embrujo de Shangai, de Fernando Trueba, a Últimas tardes con Teresa, de Gonzalo Herralde, son "malas, y es inútil que hayan sido fieles al texto original". Para Marsé, la razón de que haya ocurrido esto es muy simple: "el cineasta en cuestión tiene escaso talento".

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